Usualmente, escribo más sobre temas que me vienen a la mente y al corazón. Pero hoy, escribo sobre algo que me preguntaron y también me interesó mucho contestar. Muchas veces, creo que también es importante contestar las preguntas comunes que puede tener la gente sobre el cristianismo. Y creo que la mejor forma de contestar estas dudas, es con la misma Biblia, el fundamento doctrinal de la fe cristiana. Por lo tanto, hoy vamos a ver unas 4 preguntas sobre la relación entre hombres y mujeres, a la luz de la Biblia.
Antes de empezar, te recomiendo leas el elogio a la mujer virtuosa, que sería una mujer entregada a Dios. Creo que resumiría perfectamente muchos de los aspectos como la visión general que tiene la Biblia sobre las mujeres. Es posible que después escriba más a detalle sobre esos textos, pero por ahora, te recomiendo darles una lectura. Por mientras, tú los puedes encontrar en Proverbios 31:10-31. Dicho esto, comenzamos con las preguntas…
1. ¿Es la Biblia machista?
No es machista, y quien diga que lo es, es porque no la conoce. Tampoco es feminista, eso seguro. Aunque igual quiero decir que tampoco es igualitaria, según lo que hoy se entiende como igualitarismo. La Biblia es complementarianista, de cabo a rabo.
El complementarianismo es entender que somos iguales en valor, pero que nuestras capacidades son distintas y complementarias. Esto viene desde el momento de la creación del hombre y la mujer. Según la Biblia, hombre fue creado del polvo de la tierra y la mujer de la costilla del hombre. Y leamos qué dice
Génesis 2:22-23
Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.
Por eso es que sostengo que la Biblia enseña el complementarianismo, porque esa frase simboliza completamente eso. Básicamente, Adán la está llamando parte de sí mismo, que sin ella, él estaría incompleto; por esto es que somos complementarios. Sin lugar a dudas, esta frase la veo yo como la primer frase romántica de la Biblia. Y no es en balde, porque en el versículo siguiente, se instituye el matrimonio:
Génesis 2:24
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Esto es exactamente lo que dicen en las bodas, de ahí viene. Juntos, hombre y mujer, se vuelven un complemento perfecto. Y ya aterrizándolo más en el tema, vamos a ver este otro texto:
Génesis 2:18
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Esto sucede justo antes de que la mujer fuera formada. Es un texto corto, pero contundente. ¿Dios le preguntó a Adán si quería a la mujer? Para nada, nunca hubo una pregunta, porque Dios sabía que al varón le hacía falta una mujer. La palabra hebrea utilizada para “ayuda idónea” es עֵזֶר(ʿēzer), que significa ayuda o socorro. Y justamente, el socorro es la ayuda necesaria ante una necesidad. Es decir, Dios sabía que el hombre NECESITABA a la mujer.
Ahora que ya vimos que somos complementarios, quisiera igual comentar que somos iguales en valor. Eso lo deja explícito el NT, voy citar unos textos:
1 Pedro 3:7
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
Este versículo se puede utilizar para enseñar muchas cosas, pero vamos a centrarnos en donde dice “coherederas de la gracia de la vida”. Al ser coherederas, las está poniendo al mismo nivel que los hombres en valor, porque ambos somos herederos de lo mismo. Igual podemos ver este texto:
Gálatas 3:28
Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Esta sería de las declaraciones de igualdad más recientes que se tienen registradas. Dice que todos somos uno en Cristo, lo que nos hace iguales. Ser uno en Cristo, es ser ambos coherederos de la gracia de la vida, que es igual a la salvación en Cristo. Por lo tanto, puedo decir con confianza, que la Biblia no es machista.
2. ¿El orden en el hogar según la Biblia, somete a la mujer?
El orden del hogar, según la Biblia, somete al hombre y la mujer. El problema de hoy en día, es lo malentendida que está la palabra “sometimiento”; siempre se ve como algo negativo. El sometimiento bíblico es un deleite, puesto que es obedecer a un Dios perfecto, no a un tirano que ve por su beneficio; sino a un Padre amoroso que ve por el nuestro. Justo acá lo dice:
Efesios 5:21
Someteos unos a otros en el temor de Dios.
El sometimiento es para ambos en el Señor. Pero como Dios también es un Dios de orden, sí hay un orden establecido. Lo vemos en más adelante de ese último texto:
Efesios 5:22-24
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
La Biblia habla de una sujeción de la mujer al marido, pero entendiendo que el contexto es en el Señor; por eso utiliza el ejemplo de la iglesia. La iglesia se sujeta a Cristo porque este es justo, la mujer se sujeta al varón porque este sigue al Dios justo; esto sería el ideal bíblico.
Y ojo, que ser cabeza no te pone en un punto superiores, puesto que ambos somos humanos. Ser cabeza tiene sus responsabilidades:
Efesios 5:25
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.
El hombre debe tener ese mismo amor sacrificial que Cristo tuvo. Nosotros íbamos hacia la muerte, porque sabemos que la paga del pecado es justo eso, muerte. Pero Cristo murió por nosotros, por amor, para que nosotros pudiésemos hallar vida. Lo mismo debe hacer un hombre por su mujer, debe entregar su vida por ella. También en los versículos siguientes habla de mantenerla sin mancha; esto habla de tenerle un sumo respeto. Mira:
Efesios 5:28-29
Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia
Esta responsabilidad es bonita, la de sustentar. Y me gusta que dice eso de amar a la mujer como al cuerpo de uno mismo, porque se relaciona mucho con ser una sola carne. Y de hecho acá Pablo lo repite más adelante:
Efesios 5:31
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Entonces vemos, con esta repetición de lo visto en génesis al momento de la creación del hombre, que el orden establecido Dios siempre ha sido igual. Y todo esto puede resumirse con:
Efesios 5:33
Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
Estos mensajes suenan que son únicamente para parejas cristianas, y en general sí; pero pueden ser aplicables aunque un miembro de la pareja no lo sea. Aquí dejo el mejor consejo para quien tiene una pareja que aún no se ha convertido a Cristo:
1 Corintios 7:12-16
Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.
Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?
En resumidas cuentas, si tú eres creyente y tu pareja no, no te separes. Tu testimonio como creyente puede hacer que tu pareja se convierta a Cristo. Pero eso sí, si la pareja no soporta que uno sea cristiano, la Biblia dice que lo mejor es que la pareja se separe; porque como hemos visto antes, la sujeción es en El Señor. Si la pareja decide ir abiertamente en contra de Dios, no estamos sujetos a servidumbre. Pero la idea no es crear una guerra constante en la, sino estar tranquilos y en paz, anteponiendo a Cristo por sobre todas las cosas.
Ojo, que este mismo principio aplica con la ley constitucional y hasta en la propia iglesia. Los cristianos debemos ser los más respetuosos de la autoridad y los más serviciales para con el prójimo. Pero se nos permite desobedecer cuando algo de esto se contrapone a la Palabra de Dios, que es su Ley Divina. Pero nuestra supuesta rebeldía, debe ser siempre ateniéndonos a las consecuencias que vengan con calma; pero primero la lealtad está con Dios.
Y voy a dejar por acá otro versículo para demostrar que es cierto que existe un orden en el Señor, pero eso no evita que seamos iguales y complementarios. Es una realidad bíblica que ambos nos necesitamos en todo momento:
1 Corintios 11:11-12
Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.
Me parece clave mencionar que el texto dice primero “en el Señor”, porque como ya se dijo, es la base de igualdad. Y en esa base, es donde somos iguales porque entendemos nuestro valor. Diferentes en muchas cosas, pero iguales en valor y necesarios el uno para el otro. Este versículo bien puede resumir la postura complementarianista que mencioné que tiene la Biblia.
3. Cuando dicen que la mujer no debe enseñar, ¿A qué se refiere?
Primero vamos a leer el versículo que suelen descontextualizar para esto:
1 Timoteo 2:11-12
La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
Esto se lo escribe Pablo a Timoteo para tratar una problemática específica. Timoteo fue enviado por Pablo para dirigir la iglesia en Éfeso, un lugar con tremenda influencia griega. Timoteo era un varón grecojudío, de padre griego y de madre judía, así que era considerado adecuado por Pablo para dirigir a un pueblo al que podía entender culturalmente.
La problemática existía en la fuerte presencia del paganismo griego, cuya confianza en los oráculos era fuerte. Los oráculos eran respuestas que daban los dioses a las personas. Esto debía ser por la intermediación de una Sibila, Pitia o Pitonisa, que era una doncella que servía como canal de adivinación y recepción de la voluntad de los dioses. La escritura de esta adivinación que la pitonisa tenía, la hacía el sacerdote varón, guardando silencio.
Toda esta cultura era distinta a la de la Biblia. El hombre era obligado a guardar silencio y obedecer lo que una mujer en trance le dijese. Y este problema cultural había permeado en la iglesia de Éfeso, por esto a Timoteo se le dan estas instrucciones.
¿Por qué había llegado este problema a Éfeso? Porque la cultura griega nunca tomó en cuenta a las mujeres, eran relegadas a la inferioridad. Pero, afortunadamente, en el cristianismo se encontraba una libertad y un mensaje de igual valor. El tema es que, al ver que podían llevar la palabra de Dios a la gente y enseñarles, empezaron a querer tomar un rol parecido al de las Pitonisas, donde ellas fungían como la autoridad ante la revelación de Dios; ellas querían liderar. Y como ya hemos hablado, el orden de Dios es distinto. Aún así, no hay que culpar a estas mujeres de todo, puesto que muchas de ellas aún no estaban bien instruidas en la doctrina y eran víctimas de falsos maestros varones que les permitían estas cosas. Pablo incluso da nombres de algunos de los falsos maestros que estaban ahí en la iglesia de Éfeso, como lo fueron Himeneo y Alejandro(1 Timoteo 1:20), y después fue mencionado Fileto(2 Timoteo 2:17).
En el contexto en el que Pablo no permite enseñar, es en el contexto de dirigir a la congregación. Los requisitos para los obispos y ancianos(presbíteros), que son el equivalente a los pastores hoy, están bien plasmados en 1 Timoteo 3:1-7 y en Tito 1:5-9. Ahí se menciona que sean maridos de una sola mujer, lo que descarta completamente a las mujeres de este ministerio. Y tienen muchísimos otros requisitos que descartarían a tantos hombres también, porque el liderazgo de la iglesia es algo muy especial y específico.
Ya que andamos en el tema, estos son otros pasajes que suelen sacar mucho de contexto para argumentar que existe machismo en la Biblia:
1 Corintios 14:34-45
vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.
Así como lo visto en Timoteo, se escribe para tratar una problemática específica en la iglesia de Corinto, otra ciudad con gran influencia griega. Como tienen la misma influencia que en Éfeso, entendamos entonces que la problemática que se presenta, es muy parecida. Solamente que aquí agregaremos el tema del éxtasis para “profetizar y hablar lenguas”, el cual era más parecido a los cultos hacia Baco, que hacia Cristo. ¿Por qué lo comparo con el culto a Baco, si la Biblia contempla las lenguas y la profecía? Bueno, por el estado de éxtasis y de desorden que existía en Corinto. Es más, por algo Pablo termina de esta forma el capítulo:
1 Corintios 14:39-40
Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; pero hágase todo decentemente y con orden.
Ahora no es tema meternos en el análisis de las lenguas o la profecía. Pero sí diré de manera rápida que la palabra “profetizar”, en este contexto, se refiere a la predicación de la Palabra de Dios; es así como se usaba la palabra en griego. Y por otro lado, dejaré también en claro que, el don de lenguas, deben ser lenguas existentes y no los balbuceos que suelen transmitir en canales de televisión sensacionalistas que se ostentan como “evangélicos”; eso que hacen se llama “glosolalia” y no es el don de lenguas bíblico.
Ahora sí, aterricemos de nuevo al tema de que las “mujeres callen en las congregaciones” y que “no les es permitido hablar”, o que también “si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos”. Todas estas declaraciones son para señalar, de forma contundente y específica, que las mujeres no tienen el ministerio del pastorado, como ya lo vimos anteriormente. En la iglesia de Corinto se estaba dando exactamente el mismo problema que en Éfeso, donde las mujeres tomaban un rol de liderazgo ante el claro desorden existente en la congregación.
En Corinto, en esos tiempos, había un gran movimiento en el que las mujeres querían ser iguales al hombre en todo. Pero como ya vimos, toda la doctrina bíblica enseña que somos iguales en valor, pero con distintas capacidades y funciones, las cuales nos vuelven complementarios. El movimiento que había en Corinto, no iba meramente en las funciones, sino también iba a los aspectos de la apariencia y la vestimenta; es decir, la mujer era empujada a reemplazar al hombre. Este movimiento suena similar a algún otro movimiento más actual, siendo honestos.
En resumidas cuentas, por este movimiento de igualdad mal entendida, es que Pablo da también tantas instrucciones sobre el atavío entre hombres y mujeres en 1 Corintios 11:2-16; porque se estaba perdiendo esta diferencia entre ambos. Como nota rápida sobre el asunto, debo decir que tenemos que entender que, el atavío al que Pablo se refiere, es al cultural. No significa que todas las naciones deban adoptar exactamente este atavío, y menos hoy en día; la ropa ha cambiado muchísimo. Lo que sí tenemos que hacer, es vestirnos decorosamente y con distinción entre hombres y mujeres, ya que este era el problema que había en Corinto.
Las distinciones son importantes, no solo en lo físico, sino también dentro de las actividades de la iglesia. Por aquel movimiento de “igualdad” mencionado, muchas mujeres empezaron a intentar usurpar el lugar de los varones en la iglesia; al grado de interrumpirse entre todos, en éxtasis, al momento de las prédicas. Por estas cosas es que Pablo insiste en la prudencia de guardar silencio y preguntar por aparte. Tenemos que entender que lo que se estaba viviendo en Corinto, era una locura parecida a cualquier culto pagano en la antigua Grecia. Algo parecido a lo vivido en Corinto, podría ser el movimiento del “Montanismo”. Si tienes más interés de conocer este movimiento, una investigada rápida te hará ver las similitudes con lo que has leído hasta ahora sobre Corinto.
Nuevamente, así como en Éfeso, muchos de estos problemas también se deben al pésimo liderazgo varonil que había, puesto que no se estaban guiando por las Escrituras. Por eso es importante que haya siempre orden mediante la Palabra, porque solamente así, es como se preserva la sana doctrina. Por esto mismo, dadas las similitudes que había en la problemática de Éfeso y Corinto, más vale repetir este texto:
1 Corintios 14:40
pero hágase todo decentemente y con orden.
Ahora bien, vamos a responder si realmente pueden enseñar o participar de manera importante en la iglesia. Y la realidad es que sí pueden hacerlo en muchas áreas que son importantísimas. La iglesia tiene puestos como el diaconado, que la Biblia permite que sea ejercido por hombres y mujeres. En 1 Timoteo 3:8-13, se dan los requisitos para este puesto de manera clara. Y sí es cierto que menciona ser maridos de una sola mujer en el v. 12, pero en el v. 11 habla de mujeres que ejercen el diaconado. Por lo tanto, sí puede ser ejercido por mujeres, y hasta hay un ejemplo con Febe:
Romanos 16:1-2
Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.
Ahí se le da una dignidad impresionante a Febe, sierva del Señor. Pero aún no acabamos de responder del todo sobre si la mujer puede enseñar. Y sí pueden, vamos a leer:
Tito 2:2-5
Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
Claro que permite que las mujeres enseñen, así aconseja a las ancianas. Y hagamos un pequeño paréntesis para explicar algo. Como dije anteriormente, los ancianos(presbíteros) eran un puesto designado para los varones y puede confundirse con que aquí habla de ancianas. Para esto, hay que hacer una breve acotación sobre el griego, que es el idioma en que originalmente se escribieron las cartas. Veamos:
En Tito 1:5 habla de ancianos, pero la palabra que utiliza es πρεσβύτερος(presbúteros), que vendrían siendo presbíteros. El significado de esto es ser miembro de un concilio, el cual es solamente de varones; vaya, es un puesto específico, no está hablando tal cual de un adjetivo calificativo. Ahora bien, el término de ancianos y ancianas que se utiliza en Tito 2:2-3, es distinto. La palabra utilizada ahí es πρεσβύτης(presbútes) para varones y πρεσβύτις(presbútis) para mujeres; ambas palabras se refieren a la ancianidad como adjetivo. Entonces, espero esta explicación deje bien explicado que presbúteros no es lo mismo que presbútes o presbútis. Porque se suele malinterpretar el término a conveniencia o por ignorancia, y se hacen cosas en la iglesia que contradicen el orden que Dios dejó establecido.
Igualmente, no se necesita ser diaconisa o una anciana de edad para enseñar. Miremos el caso de Apolos, que era un joven que enseñaba del Señor, pero le faltaba conocer la historia de Cristo. Miremos aquí:
Hechos 18:26
Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios.
Priscila es una mujer y también fue parte de la enseñanza que recibió Apolos. Esta enseñanza fue en compañía de Aquila, quien era un varón; pero ambos enseñaron. Lo que quisiera resaltar, es que lo tomaron aparte, es decir, se lo llevaron a otro lado para enseñarle en lo privado, que es una forma prudente. En este contexto, también es importantísimo que la mujer enseñe.
Y por supuesto, el mejor ejemplo de mujeres enseñando, se lo llevan Loida y Eunice con Timoteo, el protagonista de la carta que estuvimos revisando. En la segunda carta que Pablo envía, dice lo siguiente:
2 Timoteo 1:5
trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.
Entonces, vemos aquí que esa fe que ahora vive en Timoteo, fue transmitida por ellas a él; y a la vez, mucha de su formación también vino por Pablo. Para redondear un poco lo dicho, quisiera leer esto:
Proverbios 1:8-9
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre;
Porque adorno de gracia serán a tu cabeza,
Y collares a tu cuello.
Aquí vemos que los consejos del padre y la madre, son exactamente iguales en valor. La Biblia, como ya he dicho, habla de un complemento que se perfecciona bajo la dirección perfecta de Dios. Pero como aquí vamos a centrarnos más en las mujeres, cabe destacar que esto que leímos, quiere decir que las mujeres juegan un rol fundamental en la formación de los hijos; no solamente de los carnales, sino también de los que puedan ser hijos adoptivos o el otro tipo de hijos que vienen a ocupar el simbólico término de “hijos espirituales”. En cuanto a los hijos espirituales, otra vez caemos con el ejemplo de Timoteo, a quien Pablo llama hijo:
1 Corintios 4:17
Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias.
1 Timoteo 1:2
a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.
1 Timoteo 1:18
Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia,
2 Timoteo 1:2
a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor.
Esto de los hijos es igualmente aplicable con las mujeres. Quiero leer este texto que ha sido muy confuso para varias personas que lo han utilizado para decirle a la mujer que tiene que ser una maquina incubadora de hijos y hasta para que no utilicen anticonceptivos(no hablo de los que son microabortivos). El texto es el siguiente:
1 Timoteo 2:15
Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.
Este tema de engendrando hijos, muchos lo tomaron para decir que la mujer para salvarse, tenía que tener muchos hijos. Pero esto contradice lo que la Biblia enseña sobre la salvación por gracia, mediante la fe, que no es por obras; y eso de andar teniendo hijos para salvarse, son obras. Entonces, sabemos de entrada, que esta enseñanza de estar concibiendo y pariendo indiscriminadamente «para salvarse», está equivocada.
En el contexto que Pablo está hablando aquí, es de levantar una generación de servidores de Dios. Es todo, de hacer honor a su labor maternal otorgada por el Señor y aun más a la labor de enseñanza de Su Palabra a los hijos. Estos hijos, sabiendo que existen mujeres que no pueden concebir o cuyos hijos murieron, no necesariamente se limitan a lo genético, sino también pueden entrar los hijos adoptivos o aquellos a quienes se les tiene un aprecio especial; creo que todos sabemos que en la vida vamos adoptando familiares por el puro cariño que se forma con ellos. Estos también pueden recibir consejo e instrucción en el Señor por parte de la mujer.
4. ¿La caída del hombre fue culpa de Eva?
No, no fue culpa de Eva. Muchos han tomado los pasajes siguientes a donde Pablo pide que las mujeres no enseñen a manera de líderes de la iglesia, o que su vestimenta sea acorde a la distinción entre masculinidad y femineidad de aquel tiempo, para justificar que todo es culpa de la mujer. Vamos a leerlos:
1 Timoteo 2:13-14
Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.
1 Corintios 11:7
Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.
La idea de leer versículos que la gente suele esgrimir para argumentar en contra de la Biblia, es exponer todo lo que pueda ser polémico en ellos e irlo explicando. Y como el contexto de ambos textos, ya ha sido explicado en partes anteriores del escrito, vamos a revisar aún más pasajes para poder dar una mejor respuesta a la pregunta. Por esto mismo, utilizaremos otros dos pasajes para contestar directa y contundentemente, a fin de que los versículos descontextualizados ya no causen mella en nosotros. Los pasajes a revisar, son los siguientes:
Romanos 5:12
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
1 Corintios 15:21
Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
Vaya, parece aquí que los pasajes dicen que el pecado entró por un hombre, ¿no? Entonces vemos que no se le debe endilgar la culpa de esto a la mujer. La mujer fue engañada, luego también el hombre comió del fruto. Todos tuvieron consecuencia de su pecado, bien lo señala la Biblia. En Génesis 3:14-19, se enseñan las consecuencias que tuvieron la serpiente, la mujer y el varón, porque todos ellos participaron en la transgresión del mandato de Dios. Pero a su vez, cada uno era responsable de lo suyo. Entonces, ¿a quién culpar? Bueno, esa misma papa caliente se la pasaron entre Adán y Eva. Leamos:
Génesis 3:12-13
Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.
Ahora resulta que nadie era culpable, según ellos. Pero la clave está en quién era el encargado de todo esto: Adán. A Adán se le encarga lo siguiente:
Génesis 2:16-17
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Este encargo sucede antes que la mujer fuera creada, por tanto, el encargo fue al hombre. Por esto mismo Dios le pide primero rendición de cuentas en Génesis 3:11, le dijo “¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?”. Fíjense que va primero con Adán, entonces aquí vemos que la responsabilidad que se le da al varón no es un juego. Por esto mismo la Biblia culpa al hombre de la maldición de la tierra:
Génesis 3:17
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
Creo que las evidencias son muy claras, es por culpa del hombre que el pecado entró al mundo. No podemos desviar la atención de esto, no podemos desviar la mirada de nuestra responsabilidad de guardar siempre a las mujeres que tenemos a nuestro lado. El intento de desligarnos de toda responsabilidad, está presente desde el primer momento que el hombre pecó; culpó a la mujer. ¿Qué hicieron muchas personas por años? Quisieron desligarse de toda responsabilidad y culparon a la mujer de ser la causa la corrupción en la que vivimos.
Es cierto que Adán le enseñó a Eva tal mandamiento, por eso Eva la dice a la serpiente en Génesis 3:2-3 que “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis”. Pero realmente no creo que Adán haya insistido tanto, a como debió ser su responsabilidad, porque ella comió del fruto y Adán mismo, el encargado de esta orden, también comió. Y desde ese momento, el hombre murió.
Hay muchos pseudo-cristianos que insisten que el hombre no murió allí, porque no cayó fulminado al instante. Perdón, pero están equivocados, hemos muerto en todos los aspectos tras ese día y acarreamos las consecuencias del primer pecado de Adán. La muerte física no fue instantánea porque Dios es misericordioso, pero nuestro espíritu sí murió en el momento. El espíritu es lo que nos permite tener una conexión y comunión firmes con Dios. Por esta muerte espiritual, es que Adán y Eva se escondieron de la presencia de Dios en Génesis 3:8. Así de crítica era la muerte espiritual del hombre, estando tan alejado de Dios en espíritu, que creía que se podía esconder del Dios omnipresente, omnisciente y omnipotente; de pronto olvidaron la verdadera naturaleza de ese Dios.
Cuando nuestro espíritu murió, nuestra alma quedó vacía y rota, sin esa conexión con Dios que hacía posible el espíritu. Y todo esto, trajo como consecuencia también la muerte física, por esto es que Adán también muere; esto se señala en Génesis 5:5. El que el hombre muera el día de hoy, es una prueba de que el pecado corrompió toda la naturaleza del hombre. Pero lo hermoso, es que Dios aún así buscó al hombre desde el primer momento de la separación, porque en Génesis 3:9 le dice “¿Dónde estás tú?”. Dios sabía bien dónde estaba Adán, pero Dios quería que el hombre viera que aún buscaba tener una interacción con él.
Después de la caída del hombre, Dios instituyó el sistema de sacrificios en Génesis 3:21, donde los viste con pieles de animales. Es decir, Dios sacrificó a su creación animal, en lugar de los humanos que habían pecado. Y eso es consistente con las Escrituras, donde dice:
Romanos 6:23
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
La desobediencia de Adán, su pecado, trajo la muerte. Pero Dios puso ese sistema sacrificial para que pudiera existir conexión con Él. Mediante el sacrificio, se expiaban los pecados y podía haber un pago por los pecados, y como efecto, esto traía consigo una comunión con Dios. Y así, según el nivel de responsabilidad o el pecado, se estableció después un sacrificio para cada cual, según la ley judía. Por años, este sistema de sacrificios debía ser repetido una y otra vez, puesto que la sangre de animal es insuficiente para lavar todo el pecado del mundo. Pero algo especial pasó: Cristo vino al mundo.
Cristo fue el sacrificio perfecto, que pagó con su vida el pecado del mundo, el que no podía ser quitado con sacrificio animal. Murió y resucitó para que nunca más hubiese otro sacrificio, puesto que el mejor sacrificio ya había sido ofrecido. En Hebreos 9:11-14 & 23-28 explica de manera contundente que este sacrificio fue una vez y para siempre, para limpiar el pecado de todos. No es un sacrificio que necesite ser repetido, ni debe hacerse, porque es suficiente para limpiar todo pecado y salvarnos, con solo nuestro arrepentimiento. Por tanto, quien aún pretenda seguir el sistema de sacrificios continuos para tener una especie de “comunión” con Dios, se está equivocando. Para tener comunión con Dios, hay que arrepentirse de nuestros pecados delante de Dios. Y daré el ejemplo de una mujer aquí, una que estaba tan arrepentida que lavó los pies de Cristo con sus lágrimas y sus cabellos, a lo que sucedió lo siguiente:
Lucas 7:48-50
Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.
Cristo la salvó por el puro arrepentimiento del corazón de ella, y por supuesto, por tener una fe genuina; todo esto, sin ningún sistema de sacrificios. Y Cristo, al haber vencido el pecado mediante su resurrección tras la muerte de cruz, ese mismo perdón y salvación inmediatos, los hace una seguridad también para nosotros al arrepentirnos. Todo esto que estás leyendo ahora, es un regalo de amor que Dios nos dio por medio de Cristo, quien vino a morir voluntariamente por nosotros. Y de esta manera tan perfecta, podemos alcanzar así la salvación:
Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
1 Juan 4:9-10
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
Efesios 2:8-9
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Tito 3:4-7
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
La lección de todos estos textos, es que Dios nos amó tanto, que envió a su hijo a pagar por nuestros pecados. Así como dijo Pablo en 1 Corintios 15:21, la muerte entró por un hombre, pero salió por otro hombre, el segundo Adán; Cristo, un hombre perfecto, porque Él mismo es Dios. Por eso era importante que María fuera virgen, para que la concepción de Cristo fuera sin la simiente pecaminosa del hombre, así es como nació Jesús, sin pecado original, apto para ser un sacrifico sin mancha por todos nosotros.
Ahora, ya que ha quedado establecido por qué medio entró el pecado y por qué medio tenía que salir. Quiero decirte que, no importa lo que haya pasado antes, tú hoy también eres responsable y culpable de pecado; seas hombre o mujer. La Biblia establece que todos hemos pecado y que eso nos excluye de la gloria de Dios:
Romanos 3:23
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
Y por más que te esfuerces en decir que eres buena persona, o más excusas; te recuerdo que se nos juzga por nuestros pecados. Realmente, la Biblia enseña que no existen excusas para evadir la responsabilidad de pecado. Pero así como no tenemos excusa, en Cristo tenemos la posibilidad de obtener el perdón de pecados:
1 Juan 1:8-9
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Si tú buscas una restauración en tu relación con Dios, solamente puede ser a través de Cristo. Hoy tú también tienes un espíritu muerto, pero Cristo te dará uno que está vivo, al Espíritu Santo. Por medio del Espíritu Santo, el alma que había quedado rota tras la caída del hombre, podrá ser restaurada, porque la relación con Dios ha sido establecida nuevamente mediante Cristo; esta es la regeneración de la que hablan los versículos mostrados en Tito 3:4-7. Y sí, es cierto, el cuerpo sigue teniendo fecha de caducidad y un día nos llegará la muerte. Pero la Biblia nos promete ir a habitar con Dios en el cielo cuando muramos, donde todo será glorioso; así lo dice 2 Corintios 5:6-8. Y no solo eso, sino que en el final de los tiempos, también se nos darán cuerpos nuevos y glorificados, ya sin pecado. Si tienes más dudas de esto, puedes leer lo que dice 1 Juan 3:2, 1 Corintios 15:22-23 & 51-52. Todo lo perdido, Dios puede devolvértelo, pero primero tienes que aceptar ese regalo de amor que se mostró en la cruz:
Romanos 5:8-11
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
Cree en Cristo como tu Señor y Salvador, porque es el único que puede realmente salvarte. Es, con toda seguridad, el único camino para nuestra salvación:
Hechos 4:11-12
Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Solo Cristo Salva